Jóvenes -
Centros Internacionales

Caminando
juntos

Mientras caminamos en la experiencia de pertenecernos los unos a los otros, sin fronteras, sentimos la urgencia de compartir con todos los que encontramos –especialmente migrantes y jóvenes– la alegría de que es posible vivir relaciones nuevas en la acogida reciproca y en la comunión entre las diferencias.
Centros Internacionales J. B. Scalabrini

 

Así nacieron los Centros Internacionales en Solothurn-Suiza, en Milán-Italia,
en São Paulo-Brasil, en la Ciudad de México, así como el Centro de Espiritualidad para Jóvenes, iniciado en 1982 en Stuttgart-Alemania, por iniciativa de la diócesis de Stuttgart, de la Provincia Scalabriniana y con la colaboración de nuestra comunidad.

Los Centros Internacionales se inspiran en la intuición profética del Beato Juan Bautista Scalabrini que en el camino de muchos migrantes supo vislumbrar con los ojos de la fe un germen de futuro:
a través del encuentro, no siempre fácil, entre las culturas y las mentalidades,
se va preparando un mundo nuevo, donde personas y pueblos se descubren entre ellos pertenecientes a la única familia de la humanidad.

Abierto al otro, abierto al mundo

El camino de formación humana y cristiana que ofrecen los Centros Internacionales está abierto especialmente a los jóvenes (de 17 a 30 años) de diferentes nacionalidades, y quiere favorecer la acogida de cada persona en su diversidad.
  • Este camino tiene como propósito apoyar los caminos de formación ya existentes en las diferentes iglesias locales, poniéndose al servicio del crecimiento de la catolicidad -dimensión constitutiva de la Iglesia-, que acogiendo a las personas de cada cultura y procedencia indica y testimonia el amor universal del Dios de Jesús.
  • Por otro lado, colaborando especialmente con escuelas y universidades, los Centros Internacionales tratan de contribuir con la sociedad en la sensibilización sobre temas referentes a la migración y a la convivencia entre personas de diferentes idiomas, culturas, religiones.
En una sociedad donde la primacía de la globali-zación tiende a uniformar, a aislar y marginar, la propuesta formativa de los Centros pone al centro la persona, las relaciones y la comunión.